Poemas: Javier Bozalongo
Fotografías: Joaquín Puga
I.
Mira a través del objetivo
para verte a ti mismo:
espejo sin azogue,
miradas infinitas.
II.
Cada cubo contiene
no sólo lo que miras,
sino lo que tus ojos
son capaces de ver:
no la ausencia de luz
sino la luz del alma.
III.
Una mirada ardiente
puede ser el inicio
de un fuego irremediable.
No protejas tus ojos:
¡Deja que arda la vida!
IV.
No intentes bautizar
a cada personaje;
si te mira, es porque tú lo miras,
si lo nombras se convierte en reflejo.
V.
¿Quién está más desnudo?
¿Quien se quita la ropa
exponiéndose al calor de los focos,
o quien se asoma al fondo
y tan sólo ve piel?
VI.
Quien de su vanidad
espera recompensa
se cansa de mirar.
Quien mira limpiamente
termina reflejado
en la luz de otros ojos.